Al hablar de juegos tradicionales nos referimos a aquellos juegos que, desde muchísimo tiempo atrás siguen perdurando, pasando de generación en generación, siendo transmitidos de abuelos a padres y de padres a hijos y asi sucesivamente, sufriendo quizás algunos cambios, pero manteniendo su esencia.
Son juegos que no están escritos en ningún libro especial ni se pueden comprar en ninguna juguetería (quizás solo algunos elementos). Son juegos que aparecen en diferentes momentos o épocas del año, que desaparecen por un período y vuelven a surgir. Kishimoto escribe al respecto, citando a Ivic: "La modalidad denominada juego tradicional infantil, denominada así por el folklore, incorpora la mentalidad popular, expresándose sobre todo por medio de la oralidad. Considerado parte de la cultura popular, el juego tradicional guarda la producción espiritual de un pueblo en cierto período histórico. Esa cultura no es oficial, se desarrolla especialmente de modo oral, no queda cristalizada. Está siempre en transformación, incorporando creaciones anónimas de generaciones que se van sucediendo".
Mencionamos los mas representativos en nuestro país:
LA TUNCUÑA
Es uno de los juegos más conocidos en todo el mundo pero con distintos denominativos. Su origen no se conoce con exactitud, pero se lo relaciona con los juegos lineales conocidos en tiempos de las civilizaciones egea, griega y romana. Según una de las versiones que se conocen, la tuncuña o rayuela fue inventada por un monje español, que quería simbolizar en este juego el comienzo de la vida, la vida misma, con sus dificultades y alternativas, y la muerte.
La tuncuña se denomina diferente en ciertos países. En España se la llama tejo, en Chile se la llama luche o nuche; en Colombia golosa o carroza; en Portugal juego del diablo o juego del hombre muerto; en Italia se la llama mundo; en Venezuela, el juego de la vieja; en México, tejo y en Bolivia se llama tuncuña.
Este juego se realiza entre varios jugadores en un espacio amplio, donde se dibuja un diagrama de 3 filas, cada una con 6 espacios (cuadrados) y se juega con una pequeña piedrita plana (illa) dando la vuelta e ingresando luego por la fila del centro hasta sacar la illa, donde el jugador se colocará de espalda y debe sacar su "corona" arrojando la illa por encima de su cabeza, donde caiga esta illa obvio dentro el diagrama, se debe dibujar algún símbolo que represente al jugador (sol, luna, estrella) el ganador es el que mas coronas tenga. El jugador que pise los dos pies pierde su turno.
Existen en el mundo numerosas variantes de este juego, pero todas tienen algo en común.
EL TROMPO
El trompo es un juguete muy antiguo y que fue permaneciendo vigente a través del tiempo. Hay rastros de trompos en pinturas muy antiguas y en textos literarios que citan el juego. En "La Eneida", Virgilio dedica versos a este elemento.
El trompo está realizado con una pieza de madera dura en forma cónica (de pera) con una punta de metal (pico, púa o rejón) sobre el que se lo hace girar. En la parte superior tiene una especie de cilindro chato o sombrerito, llamado espiga, que sirve de apoyo para enrollar el hilo.
Para lograr que el trompo gire, se enrolla un piolín o cordel desde la púa hacia la espiga, y luego se lo lanza al trompo al suelo con un movimiento brusco, sosteniendo el piolín desde el cabo que quedó sobre la espiga. Así se desenrosca al llegar al suelo, y comienza un movimiento giratorio sobre la púa, con un ritmo y duración que varían según el tipo de trompo, el impulso que se le haya dado, y la superficie sobre la que está "bailando". Luego comienza a inclinarse hacia los costados, hasta que pierde su movimiento, y se expresa que el trompo está "muerto".
EL VOLADOR
Es un juguete conformado por una armazón poligonal, realizada con pajas o maderas livianas forradas con papel de seda. Se hace volar con una larga cuerda o hilo y se estabiliza con una cola larga también hecha con seda.
De origen remoto, se dice que el volador fue inventado por los chinos y que llegó a nuestro país desde Europa en la época colonial.
LAS BOLITAS
Las Bolitas o Canicas; Metras o Pichas
Uno de los juegos tradicionales más antiguos es el de las bolitas, y que con algunas variaciones fue perdurando a través del tiempo.
Los niños, que cuando conocen el juego, adquieren ciertos vocablos específicos del mismo, juegan a Quema y Hoyo, consistiendo este hoyo en una pequeña concavidad hecha en la tierra, adonde deben ir a caer las bolitas de los jugadores. Cuando no entran allí (tarea que no es tan fácil), pero quedan cercanas al hoyo, el "porra" intenta "quemarla", esto significa chocarla con la suya, y si logra que con el choque o la "quema" entre en el hoyo, gana esa bolita y las que estaban anteriormente allí.
Otra variante es la "Torrecita", en la que cada jugador coloca cuatro bolitas y otra encima. Desde una distancia estipulada los jugadores tratarán de derribar dicha torre y adueñarse de las cinco bolitas del contrario.
Las bolitas pueden ser de distintos materiales, siendo las más comunes las de cerámica o de vidrio.
Llaman lecherita a la bolita blanca, ojito a la de vidrio, y denominan bolón a una bolita de mayor tamaño, que generalmente vale por más de una de las demás. Las bolitas de hierro son denominadas fierritos y también suelen darle más valor.
Para lanzarla, los jugadores, usualmente con una rodilla en tierra (aunque se juega de cualquier manera), y tiran la bolita con el dedo índice doblado sobre el pulgar, con la bolita ubicada sobre la uña de éste, de donde se impulsa.
EL CABALLITO
Este juguete está formado, en su forma más elemental, por un palo de escoba o de otro tipo al que se ata en su parte superior un cordón que se divide, y con una extensión de treinta centímetros aproximadamente hace las veces de rienda.
Otra forma de construirlo es adosándole a la parte superior del palo una silueta de cabeza de caballo, de cuya boca salen para un lado y para el otro, las cuerdas que hacen las veces de rienda.
Los niños se colocan a horcajadas sobre el palo y se mueven simulando el trotar del caballo.
También existe un caballito tipo mecedora, en donde los niños se sientan y se hamacan.
(Fuente: Boletín ECOBOL 14/2009)
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